15 de febrero de 2017

El Día de la Marmota. Cadete Masculino


                ¿Han visto ustedes la película protagonizada por Bill Murray en la que el mismo día, con idénticos acontecimientos y situaciones, se repite una y otra vez? Pues en esa andamos con nuestros cadetes masculinos. El partido en cancha de Maristas repitió los parámetros de las dos mínimas derrotas anteriores: aparente superioridad –dentro del equilibrado nivel del grupo- que no sirve para romper el marcador con la suficiente amplitud para evitar un angustioso final, en el que, una vez más, palmamos.

                De verdad que parecíamos superiores, física y técnicamente, pero –incomprensiblemente- los chavales de Los Remedios nos anotaban una y otra vez, casi sin oposición bajo el aro, neutralizando las ventajas que nos daba un Pepe que hizo los primeros once puntos del equipo desde dentro de la zona. Daba la sensación de que a poco que apretáramos atrás abriríamos brecha, pero sucedió lo contrario, reiterándose algo que empieza a ser habitual, y es la acumulación de faltas que nos sacan del partido muchos minutos a jugadores cuya intensidad suele facilitar la faena.

                Con mínimas rentas de uno y otro discurrió todo el partido hasta que, a mediados del último cuarto, un arreón de los locales abrió una ventaja de seis que se antojó insalvable, pese al esfuerzo hasta el final de nuestros chavales, que nos dejó a solo tres amargos puntos de una victoria que empieza a resistirse demasiado.

                Volvemos a perder sin ser inferiores, con aspectos evidentes pero de compleja corrección: hemos perdido frescura defensiva, llegamos tarde, pasamos mal los bloqueos y nos empecinamos en meter manos que cuestan faltas, porque no cortamos ya las líneas de pase. En transición, salimos lentos al ataque, porque no somos capaces de cerrar con solvencia el rebote y porque nos empeñamos en botar y no en hacer correr el balón.  Apenas damos asistencias, bien por falta de visión, bien por falta de circulaciones y bloqueos que faciliten posiciones de canasta fácil... Y, a pesar de todo, casi siempre estamos en condiciones de ganar hasta el final, donde se está imponiendo la Ley de Murphy, en parte –también- porque se nos nubla la razón para leer las situaciones de partido.

                Sin duda, esto lo vamos a cambiar porque hay talento e implicación. Toca recuperar el ánimo y crecer desde el trabajo y la humildad sin complejos. Seguro lo vamos a conseguir.


                En IMD, la lluviosa tarde del viernes nos dejó sin el partido contra el Macasta de primer año, que queda aplazado. El sábado por la tarde se jugó el último cuarto pendiente con Salesianos, en el que, después del varapalo en federados de un par de horas antes, había que andarse con ojo con un equipo grandón y siempre crecido en su pista. Con los más de veinte de diferencia que se traía, se trataba de no darles opciones de meterse en frío en el partido, y lo hicimos de la forma más elemental. Una dinámica zona 2-3 para proteger a unos jugadores cansados y cerrar el rebote, que funcionó sin fisuras, y un ataque agresivo y con licencias como las que propiciaron dos canastones de Arturo, recordando el mítico sky hook de Jabbar. Al final, un 11-2 que dejó un resultado de 46-14 para una clasificación inmaculada tras diez jornadas.

José Carlos Cutiño

Delegado de Equipo